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Religiones牋



 

En China existen muchas religiones, de las cuales las principales son el budismo, el taoísmo, el islamismo, el catolicismo y el protestantismo.

El ciudadano tiene la libertad de credo. El Estado protege las actividades religiosas normales y los derechos e intereses legales de los círculos religiosos. La Constitución, así como el Código Penal, el Código Civil, la Ley Electoral, la Ley de Servicio Militar, la Ley de Educación Obligatoria, la Ley del Trabajo, la Ley de Autonomía Etnica regional, los Principios Generales del Código Civil y otras leyes, contienen estipulaciones claras y específicas sobre la protección de la libertad de credo y de los derechos iguales de los ciudadanos creyentes. Ningún organismo estatal, organización social o individuo puede obligar a ciudadano alguno a profesar o no cierta religión, ni puede discriminar contra los ciudadanos por sus creencias religiosas.

En China, entre las organizaciones religiosas de nivel nacional se cuentan la Asociación Budista de China, la Asociación Taoísta de China, la Asociación Islámica de China, la Asociación Patriótica Católica de China, el Cuerpo de Obispos Católicos de China, el Comité Patriótico de Autonomía, Automantenimiento y Autodifusión del Protestantismo de China y la Asociación Patriótica Protestante de China. Cada organización religiosa elige a sus dirigentes y organismo directivo según sus propios estatutos.

Además de las organizaciones religiosas antes mencionadas, en China hay más de 3,000 organizaciones religiosas a nivel provincial o distrital. Bajo la protección de la Constitución y la ley, todas ellas auspician sus actividades religiosas de manera independiente y cumplen los asuntos de sus credos. En el país funcionan 74 escuelas religiosas, entre ellas la Academia Budista de China, el Instituto Islámico de China, el Instituto Taoísta de China, el Instituto de Teología del Protestantismo Jinling de China en Nanjing y el Instituto de Filosofía Teológica Católica de China, y se editan más de diez publicaciones religiosas. En China hay más de 85 mil locales de actividad religiosa, más de 100 millones de creyentes y cerca de 300 mil clérigos profesionales.

El budismo lleva ya dos mil años en China. En el momento, el país tiene más de 13 mil monasterios budistas, con cerca de 200 mil monjes de ambos sexto. Los feligreses del budismo tibetano se aproximan a siete millones de personas de diversas etnias y esta religión tiene ahora 120 mil lamas y monjas, más de 1,700 budas vivientes y más de tres mil monasterios.

El taoísmo, originario de China, tiene más de 1,700 años de historia y cuenta con más de 1,500 templos con más de 25 mil monjes y monjas.

El islamismo llegó a China en el siglo VII y tiene creyentes entre diez etnias minoritarias, incluyendo los uigures y los huis y estas diez minorías suman 18 millones de personas. En la actualidad hay más de 30 mil mezquitas y más de 40 mil imanes y ahongs.

El catolicismo arribó a China en el siglo VII y volvió a llegar en varias ocasiones a este país y, después de la Guerra del Opio de 1840, se introdujo en escala masiva. Esta religión tiene hoy 115 diócesis, 70 obispos, más de 1,100 curas, más de 1,200 hermanas, más de cuatro millones de creyentes y 4,000 personas dedicadas a sus oficios. En China están abiertas cerca de 5,000 iglesias y locales dependientes, además de 36 conventos con algo más de 1,900 seminaristas. Desde 1981, en China han sido consagrados más de 900 curas. Por otro lado, hay más de 50 escuelas de hermanas, donde más de mil hermanas han jurado la primera intención. En China el catolicismo tiene casas editoras propias, las cuales han imprimido más de tres millones de copias de la Biblia y otros libros de su credo. El Cuerpo de Obispos de China y la Asociación Patriótica Católica de China editan la revista Catolicismo Chino.

El protestantismo, introducido a principios del siglo XIX, se difundió ampliamente después de la Guerra del Opio. En la actualidad tiene más de 15 millones de creyentes, más de 18 mil pastores y predicadores, más de 12 mil iglesias y más de 25 mil lugares de actividad simples o sitios de congregación.

El ciudadano chino goza de la libertad y el derecho de credo que le confieren la Constitución y la ley, a la vez que asume los deberes estipulados en ellas. La Constitución china establece explícitamente que ningún individuo debe utilizar la religión para socavar el orden social, perjudicar la salud de los ciudadanos y estorbar las actividades del sistema educativo del Estado. El Gobierno chino trata según la ley a quienquiera que se valga de la religión para violar la ley y cometer delitos, sea creyente o no creyente. Los religiosos que perpetren tales actos, serán tratados según la ley, al igual que los otros ciudadanos que violen la ley y cometan delitos.

En la gran familia multiétnica de China, muchos grupos étnicos minoritarios profesan credos. Algunas etnias profesan en masa una determinada religión. Por ejemplo, los tibetanos creen en el budismo de tradición tibetana. Conforme a la libertad de credo estipulada en la Constitución, el Gobierno chino ha elaborado políticas concretas para respetar y proteger esta libertad de las minorías étnicas y garantizar todas las actividades religiosas normales de los ciudadanos de origen étnico minoritario, las cuales son protegidas por la ley.

Tíbet es el lugar donde se originó el budismo tibetano, cuya existencia data de más de 1,300 años. Esta religión ha ejercido una profunda influencia en la vida social de los tibetanos y otras minorías étnicas. En Tíbet la libertad de credo recibe la protección de la Constitución y la ley. El gobierno trata como iguales todas las religiones y sus sectas y a los ciudadanos creyentes y no creyentes y los respeta y protege también por iguales, y ha aplicado la política de exención tributaria total o parcial a las tierras de cultivo y los pastizales de las organizaciones religiosas patrióticas y de sus locales de actividad religiosa, así como a las entidades económicas gestionadas por ellos para su autosostenimiento. A partir de 1980, el Gobierno Central ha asignado fondos especiales en más de 300 millones de yuanes a Tíbet para el mantenimiento y reparación de monasterios famosos. Luego de la restauración y apertura, estos establecimientos han recibido de continuo huéspedes y creyentes chinos y extranjeros llegados de visita, peregrinación y turismo, lo cual es algo espectacular e inaudito en la historia de Tíbet. Según datos incompletos, tan sólo el Monasterio Jokhang ha atendido cada año a más de un millón de creyentes y visitantes de dentro y fuera de la región. Actualmente, Tíbet tiene más de 1,700 locales de oficios budistas y más de 46 mil monjes y monjas internados, o sea, el 2% de la población regional. Casi cada familia de creyentes tiene una capilla o nicho en casa.

Por otra parte, el Estado ha señalado asignaciones especiales en apoyo de la compilación y publicación de la Tripitaca en tibetano y otros clásicos del budismo tibetano en este idioma. Con el fin de satisfacer la necesidad de estudio de los creyentes monacales y laicos, la región ha imprimido más de 1,490 ejemplares de la Tripitaca Gangyur durante los últimos más de diez años, además de un gran número de folletos de ritual, predicación y ponencia.

Para preparar personal religioso, la filial de Tíbet de la Asociación Budista de China tiene establecido en la región el Instituto de Budismo de Tíbet. Luego de graduarse, su primer grupo de más de 200 estudiantes monjes se han convertido en la columna dorsal de propagación de la teoría budista y de administración de los monasterios. Aparte de ello, los monasterios de las diversas sectas que reúnen las condiciones necesarias han abierto cursos de sutras con 3,276 estudiantes monjes. Por si esto fuese poco, ellos han enviado más de 50 budas vivientes y gexis al Instituto Superior de Budismo en Lengua Tibetana de Beijing.

El gobierno atribuye suma importancia al sistema de reencarnación de budas vivientes, exclusivo de las sectas del budismo tibetano. En años recientes ha finalizado de manera satisfactoria el trabajo de busca, confirmación, entronización y recepción de abstinencias del Panchen XI de la secta Gelug. En el momento, el trabajo de experimento para la reencarnación de budas vivientes se está llevando adelante sin inconvenientes.

El gobierno también respeta en grado sumo las costumbres y fiestas religiosas de las etnias y los creyentes y ha restaurado los días religiosos y fiestas étnicas importantes, entre ellos el Día Duodi del Monasterio Samyae en Shannan de Tíbet y las Fiestas Xodoin y Shagadawa en Lhasa.

Asimismo, el PCCh y el gobierno respetan y protegen el credo de los musulmanes y sus costumbres étnicas. En China existen nueve institutos islámicos. Desde los años 1980, más de 40 mil musulmanes chinos han viajado de peregrinación a La Meca. En Xinjiang hay más de 23 mil mezquitas con 29 mil clérigos, lo cual satisface la vida espiritual de los creyentes.

Las religiones de China se adhieren al principio de administración independiente y se oponen a la intervención extranjera en sus propios asuntos y a las actividades de infiltración de las fuerzas extranjeras en China so pretexto de la religión. Al mismo tiempo, sobre la base de la igualdad y amistad desarrollan con dinamismo intercambios amistosos con el exterior, fortalecen sus contactos con los círculos religiosos de otros países y participan con entusiasmo en las actividades religiosas de carácter internacional. Las organizaciones religiosas chinas han establecido lazos amistosos con sus homólogas de más de 70 países y regiones del mundo y han tomado parte en muchas actividades importantes de la ONU y otras organizaciones internacionales, desempeñando un importante papel en salvaguarda de la paz mundial y en promoción de la amistad del pueblo chino con los otros pueblos del mundo.

El 1 de mayo de 2001, el Comité Internacional de Estados Unidos por la Libertad de la Religión publicó el Informe de 2001 y atacó arbitrariamente en la parte relacionada con China la política religiosa de este país y la abolición del "Falun Gong" y otras sectas diabólicas por parte del Gobierno chino según la ley. Debido a lo cual, muchas personalidades religiosas de China presentaron fuertes protestas. Fu Tieshan, Presidente de la Asociación Patriótica Católica de China y Vicepresidente del Cuerpo de Obispos Católicos de China, Chen Guangyuan, Presidente de la Asociación Islámica de China, Dao Shuren, Vicepresidente de la Asociación Budista de China, Zhang Jiyu, Vicepresidente de la Asociación Taoísta de China, Yu Xinli, Vicesecretario Jefe de la Asociación Protestante de China, y Quexi, Buda Viviente del Instituto Superior de Budismo en Lengua Tibetana de China, expresaron unánimemente su incomprensión e indignación por el proceder de dicho comité de Estados Unidos, y señalaron que es inadmisible intervenir groseramente en los asuntos internos de China y calumniar a su antojo la libertad de credo en China.