En 2001, la paz y la estabilidad siguieron siendo el tema predominante, a pesar de los cambios en la situación internacional. Permaneció inalterable la tendencia hacia la multipolaridad mundial, lo que abarca asimismo al tema de la seguridad. El desarrollo general de la situación internacional en el futuro se caracterizará por la paz, la distensión y la estabilidad generales, matizadas por guerras, tensiones y conflictos parciales. El terrorismo y otros problemas de seguridad no tradicionales se han agravado y sumado a situaciones conflictivas latentes, constituyéndose en amenaza práctica para la comunidad internacional.

Después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 contra EE.UU., Afganistán se ha convertido en un punto candente. China siempre ha prestado mucha atención al desarrollo de la situación afgana y se ha empeñado de manera activa en contribuir a la solución de los problemas de ese país, haciendo proposiciones en este sentido. A finales del 2001, bajo la presidencia de la ONU, las diversas facciones aspirantes al poder en Afganistán llegaron a un importante acuerdo sobre el establecimiento de un gobierno provisional. China expresó su complacencia al respecto, haciendo votos porque Afganistán recupere cuanto antes la paz y la estabilidad.

Tradicionalmente, China ha apoyado el proceso de paz del Medio Oriente, pronunciándose por la solución justa, integral y racional del problema de esta región. China expresó su más profunda preocupación por la escalada del cruento conflicto entre Israel y los palestinos, condenó enérgicamente las acciones violentas y expresó su deseo de que las partes involucradas las evitaran, tomando para ello medidas efectivas cuanto antes. Todo con miras a propiciar el relajamiento de tensiones y la reanudación de negociaciones.

Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre, China se ha opuesto persistentemente a cualquier forma de terrorismo, ha participado activamente en la cooperación internacional antiterrorista, y ha promovido la participación activa de la ONU y su Consejo de Seguridad en esta dirección. China ha señalado que las acciones militares antiterroristas deben tener objetivos claros y corresponderse con el espíritu y los principios de la Carta de la ONU y las normas del Derecho Internacional, y nunca vincular el terrorismo con los asuntos nacionales y religiosos.

En 2001, China organizó con éxito la IX Cumbre Informal de la Cooperación Económica de Asia y el Pacífico, CEAP, poco después del 11 de septiembre, en momentos en que la economía mundial atravesaba un período de aguda contracción. Los dirigentes que asistieron a la reunión intercambiaron opiniones de manera profunda y llegaron a un consenso amplio. La reunión resultó exitosa e inyectó nuevo vigor al desarrollo de la organización, fortaleciendo la confianza en la recuperación del crecimiento económico mundial.

Nuevas tendencias en el desarrollo de las relaciones con los países de primera importancia para China